Sensores para agricultura

sensores para agricultura

Los sensores para la agricultura


La industria agrícola se enfrenta a un gran desafío para el futuro: alimentar al mundo y al mismo tiempo utilizar los recursos de nuestro planeta. Para llevar a cabo esta importante tarea, las innovaciones tecnológicas son valiosos aliados que pueden ayudar a los productores a trabajar de forma más eficiente y, lo que es más importante, a ser más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.


Para ello se han desarrollado diversos instrumentos, entre ellos sensores que pueden realizar diversas tareas que son difíciles de lograr con los métodos agrícolas tradicionales. En este artículo presentamos algunos avances tecnológicos en este tipo de instrumentos, sus ventajas y algunos ejemplos.



Al principio hay que recordar que la tecnología agrícola forma parte de la agricultura de precisión, un concepto relacionado con la optimización de la producción, la reducción del desperdicio de recursos, la disminución de los riesgos económicos y la preservación del medio ambiente.



De acuerdo con los objetivos de la Agricultura de Precisión, los sensores proporcionan información recogida directamente en el campo para apoyar la toma de decisiones. Los productores que dependen de estas nuevas tecnologías reciben datos que les ayudan a mejorar la calidad de las cosechas, anticiparse a los problemas y, en última instancia, mejorar el rendimiento de los cultivos.



Los sensores también responden a la necesidad de resolver el gran problema de la falta de suelo agrícola adecuado para la siembra, un problema que podría aumentar en el futuro. Los siguientes son los principales tipos de sensores agrícolas:


Sensores para la vigilancia de los suelos agrícolas.

Para conocer la variabilidad de los cultivos y su impacto en la productividad, es importante conocer las características físicas y químicas del suelo. Las características físicas son variables como la topografía, la textura del suelo, la retención de humedad o la profundidad, mientras que las características químicas incluyen los niveles de fertilidad, la cantidad de materia orgánica presente, etc.

Para realizar estas tareas, hay, por ejemplo, sensores remotos que son capaces de medir la cantidad de pH de un suelo o de detectar si está compuesto predominantemente de arcilla. Esto permite conocer la capacidad de drenaje o la acidez del suelo, lo que permite ajustar la cantidad de agua utilizada o conocer el tipo de cultivo que más se beneficiará del tipo de suelo que se tiene.

Todos estos datos permiten al cultivador tomar medidas correctivas cuando es necesario, tanto en lo que respecta al cultivo, el uso de insumos y la vigilancia del cultivo a medida que se desarrolla.


Sensores basados en imágenes.

Son un instrumento valioso para diversos fines, como el análisis de los daños físicos de los cultivos, la cobertura del suelo con residuos, la detección de plagas o enfermedades o la segmentación eficiente de los cultivos.

Un ejemplo de estos sensores es el que recoge información sobre el tamaño y el color de los frutos mediante la toma de fotografías de los mismos, lo que permite a un programa informático hacer cálculos sobre la madurez de los cultivos, lo que ayuda al productor a saber cuándo cosechar y así evitar pérdidas de lo que se ha cosechado.

Redes de sensores.

Como su nombre indica, estas redes son un complemento de diferentes tipos de sensores que permiten al productor realizar un análisis más completo de la situación en sus campos, lo que permite, por ejemplo, analizar la calidad de la biomasa presente en los cultivos, incluidas sus propiedades físicas, químicas y biológicas.

Las redes de sensores inalámbricos (WN) son similares a las utilizadas por otras industrias, como la de seguridad. Esta combinación de sensores puede obtener una variedad de datos, desde datos básicos como la temperatura y la humedad hasta variables menos analizadas pero igualmente valiosas como los niveles de dióxido de carbono y la presión barométrica. Además de las redes con control automático de las diversas funciones en un campo, los sensores utilizados pueden, entre muchas otras tareas, manipular la presión del agua en los sistemas de riego, la distribución de fertilizantes o pesticidas, el control de la temperatura e incluso la cantidad de luz solar captada cuando se utiliza un método de cultivo protegido.


Si dispone de una red de sensores, se recomienda que recoja los datos con una frecuencia alta, ya que una frecuencia más baja no proporcionará información oportuna sobre la realidad del campo. Por otra parte, esta vigilancia de baja frecuencia puede ser útil para cultivos de crecimiento lento o campos con condiciones climáticas estables y poco cambiantes.

en combinación con la robótica agrícola.


Los sensores pueden proporcionar a diversos vehículos -como tractores, sembradoras o cosechadoras- la información que necesitan para realizar sus tareas de manera eficiente y rápida, ya sea en el momento de la cosecha, en relación con la irrigación o cuando se están convirtiendo los nutrientes. Por ejemplo, un sensor que mide la composición química del suelo mantendrá esta variable durante el vuelo, y un vehículo con funciones de fabricación aplicará los nutrientes sólo cuando se necesiten, evitando el desperdicio de recursos y ahorrando dinero.


Los sensores también pueden fijarse a las aeronaves no tripuladas, lo que proporciona una forma práctica de obtener información de una zona más amplia. Un ejemplo de esta complementariedad entre las dos tecnologías es cuando se monta una cámara moderna con un sensor solar en un avión teledirigido: este sensor multiespectral puede detectar tanto el espectro electromagnético como la radiación ultravioleta o infrarroja, lo que permite comparar la actividad solar con el estado de las plantas y también identificar las zonas secas o pobres en nutrientes.


Las zonas de producción agrícola dependen de la adopción de buenas decisiones en materia de siembra, gestión de los cultivos y cosecha, teniendo siempre en cuenta las características específicas de cada planta y de las regiones productoras, por lo que se ha hecho necesaria una racionalización de los sistemas modernos de producción agrícola. A medida que más y más fabricantes deciden dar una oportunidad a estas herramientas, la tendencia de los costes de los sensores está disminuyendo, lo que significa que en un futuro próximo será más fácil que la innovación llegue a todo el mundo.


Le agradecemos una vez más la lectura de nuestro artículo y esperamos que esta información le sea útil para mejorar la productividad de sus campos y la calidad de los frutos de su trabajo. Si desea saber más sobre nuestras variedades de Seminis que le ayudarán a conseguir una gran cosecha.